El grupo inglés ofreció un show impactante, ante unas 35 mil personas.
La puesta fue bella y sobria.
El repertorio, imbatible.
DEPECHE MODE UNICOS...........
Este concierto podría no haber existido.
El show que el grupo británico Depeche Mode ofreció el sábado en el Personal Fest, realizado en el Club Ciudad de Buenos Aires y ante 35 mil personas, tuvo algo de milagroso.
Vale recordarlo: al cantante Dave Gahan lo persiguen recurrentes problemas de salud y algunas intervenciones quirúrgicas casi obligan a la suspensión de la gira presentación del más que aceptable Sounds of the universe.
Pero el hombre estuvo aquí como lo que es, un heroico sobreviviente y ¿el mejor vocalista del mundo? Gahan se contoneó, giró sobre su eje, y conmocionó con su voz de barítono al enunciar los textos arrebatadores escritos por su alma gemela, Martin Gore, que ejerció como guitarrista solvente y, eventualmente, como cantante y tecladista.
Gore parece pensar en su compañero a la hora de componer, en sus posibilidades anatómicas y sentimentales.
Esa es otra parte milagrosa, pero se la conoce desde siempre, la perfecta sintonía de este dúo para agitar un cancionero fastuoso, que aun patentado como tecno puede mutar en blues biónico o simplemente en rock de electrochoque. Y que aun signado por todas las variantes del sadomaso, puede resultar redentor. Personal Jesus, y su consecuente estampida blues & roll en el final, inhibe de mayores comentarios. Detrás de la línea de ataque Gahan-Gore, se desempeñó con espíritu de gerente aburguesado (pero aplicado) un Andy Fletcher que tocó teclas e intentó muecas de hombre comprometido con la resonancia del show. También hubo dos músicos de acompañamiento: un tecladista más y un baterista. Bajista, no. El groove fue artificial. Tales los recursos humanos del show de Depeche Mode, que no hizo gala de su condición de eterno vanguardista de la tecnología aplicada al sonido y a la imagen. La sensación reinante fue que hubo artistas supremos tocando música viva, trabajando para el espectador, y que ellos ya se asumen como clásicos. Que pueden mirar atrás sin convertirse en estatuas de sal. Entonces, para el respaldo de su 12° disco, sólo bastó una puesta sobria y un repertorio sin conflictos para ir de aquí para allá en el tiempo. La puesta fue responsabilidad de Anton Corbijn, quien ofreció un back de pantallas que proyectaron en tiempo real, pero interviniendo la instantánea resultante sin deformarla.
Y el repertorio se echó a andar con In chains y Wrong, dos temas del nuevo disco que impregnaron de oscuridad y sonido atmosférico a las gemas por venir.
Afectaron, sobre todo, porque sus temáticas representan a la marca en el orillo de Depeche Mode. El primero revisita el ítem "amo y esclavo"; el segundo, la autoflagelación. Esas nociones, con un arsenal sonoro a disposición, ¡¡¡mamita querida!!! Black celebration garantizada.
Fe y devoción. Un movimiento clásico de una banda clásica: el que respalda también brilla. Y así como Richards tiene su momento en The Rolling Stones, Gore consigue aquí hilvanar con interpretación maestra Jezebel (con un tono dramático entre Marc Almond y Bowie) y Home. Este momento se erigió como la parte melancólica del show, que luego reapareció con Somebody. La gente, a todo esto, ofreció la previsible prueba de fe y devoción. Y resultó mucho más honesta que la de los supuestos peronistas que celebraban el 17 de octubre por avenida Libertador. A la multitud no le quedó himno magnánimo por corear: I feel you, Enjoy the silence, Behind the wheel, Never let me down, el ya citado Personal Jesus... En todos los clímax, Gahan agitaba el inductivo "sing it" (cántalo), y el campo ardía en palpitaciones. Otro aspecto del milagro Depeche Mode: la celebración casi festiva al entonar con fervor una lírica "enfermita". De cómo purifica la interpretación al unísono de la banda de sonido de una fiesta negra. Casi una experiencia religiosa. Pero como a los milagros hay que ayudarlos, no bien terminó el concierto, Gahan se subió a una Van y partió hacia Ezeiza, donde un avión privado tenía previsto llevarlo a Nueva York para seguir con ciertos tratamientos de recuperación. Lo bien que hace. Sus garganta, estampa y fulgor deberían ser declarados patrimonio de la humanidad.
La lista de temas de Depeche Mode:
In Chains
Wrong
Hole To Feed
Walking
It's No Good
Question Of Time
Precious
Fly On The Windscreen
Jezebel
Home
Miles Away
Policy Of Truth
In Your Room
I Feel You Enjoy
The Silence Never
Let Me Down Again
Somebody
Stripped
Behind The Wheel
Personal Jesus
Depeche Mode: sinónimo de excelencia
No hay comentarios:
Publicar un comentario