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martes, 17 de noviembre de 2009

2012 - (2009) TAQUILLASO


El género que se inició el segundo decenio del siglo XX ha sido quizás el más rentable de la Historia, y ello por cuanto la recaudación de dos películas sobre algún desastre natural equivale a 5 ó 6 de comedia o drama.

Por eso, ni sus fans más acérrimos pueden quejarse del incesante goteo de nuevas propuestas, ni sus detractores deben llevarse las manos a la cabeza por contar siempre lo mismo.

Es curioso que el primer film de esta línea apareciera en 1912 y versara sobre el Titanic (’Night and Ice’), cuando el film de James Cameron, un hito en la forma de hacer cine de catástrofes, es el más taquillero de la Historia.

De erradicar al mayor número posible de humanos han estado llenas las pantallas, bien sea por aire (’Aeropuerto’, de 1970), por tierra (’Terremoto’, de 1974), por agua (’La Aventura del Poseidon’, de 1972; o su remake), por fuego (’Un Pueblo Llamado Dante´s Peak’, ‘Volcano’), o por invasión alienígena, sea de seres grises (’Ultimatum a la Tierra’), sea por piedrecitas que nos caen del cielo (’Armageddon’, ‘Deep Impact’).

Sin embargo, los pelos se nos ponen de punta cuando el cataclismo es global y viene por ‘fallos’ en nuestro planeta (’El Núcleo’), y en eso, Emmerich es el rey: tras ‘El Día de Mañana’, donde la virtud estaba sólo en la primera hora de película, el director alemán no se da por satisfecho e idea el mayor espectaculo de destrucción mundial jamás visto con ‘2012′, y todo eso en un metraje de 158 minutos que maravilla y horroriza por igual.

Como forma de hacer cine, los blockbusters llegan a estos mediados de Noviembre como los turrones lo harán dentro de un mes.

Como género, ya había ganas de un film catastrófico de altos vuelos, de esos que no dejan un monumento en pie y borran de la faz de la tierra cualquier icono cultural. (’Señales del Futuro’, la más reciente, eran apenas tres escenas que dejaban con más ansia al espectador).

Si bien creíamos que ‘2012′ cerraba la trilogía de Emmerich sobre aniquilación humana, el anuncio de dos nuevos ‘Independence Day’ hace preguntarnos: ¿es esta película un ensayo del apocalipsis que el director está por crear?. Pues como prueba está más que pasable, pero hay muchísimo que enmendar, lo cual era previsible.

Deberán pasar 3 años para que el Presidente de los USA (Glover) ponga en marcha un plan de supervivencia que desconoce la población mundial.

Cuando todo empieza a venirse abajo, un escritor venido a menos (Cusack) arrastrará a toda su familia hacia una teoría imposible: el Gobierno sabe cómo salvarse y hay que hacer un largo viaje para conseguirlo.

Primer apercibimiento a los espectadores de ‘2012′: dejen sus conocimientos de leyes físicas y esperanzas de un buen guión lejos de la sala de cine.

Harold Kloser y Emmerich son el dúo terrible de los diálogos rodeados de cataclismos. Tanto ‘El Día de Mañana’ como ‘10.000′ son ejemplos de que lo que menos importa es lo que hablan sus protagonistas, y la verdadera estrella son los efectos especiales varios que los envuelven.

Incluso las líneas de ‘El Día de Mañana’ son poesía de premio Nobel comparado con lo que oimos en ‘2012′.

Conversaciones vanales, estúpidas y sin contenido alguno son lo que salen de la boca de Cusack, Ejifor, Peet o Oliver Platt. El catálogo de recursos manidos en este tipo de películas se fusila y copia en su integridad para ‘2012′, incluido el científico honrado, el villano del gobierno, la madre gritona, el padre separado y al que sus hijos defenestran, todos en su papel y en sus frases corroídas de oirlas tantas veces.

Creo que hasta repiten frases enteras de ‘El Día de Mañana’…, ¿pero es eso lo que vamos esperando?, ¿somos tan ilusos que creíamos que innovarían en algo?.

Así, una vez se callan los actores, habla la pantalla. Con un bagaje tremendo en esto de arrasar la tierra, Emmerich se supera a sí mismo y echa todo el resto en salpicar el metraje con una y otra escena de destrucción y trepidante acción.

Ver cómo Los Angeles sucumben bajo tierra, cómo Las Vegas termina enterrada en polvo o lugares como la Plaza San Pedro o la Casa Blanca quedan hechos añicos deja la boca abierta al espectador que pide una y otra vez que se hable menos y se aniquile más.

‘2012′ lo tiene todo: terremotos, tsunamis, volcanes y rocas como torres que caen del cielo. Un goce absoluto para mi acompañante que tiene a ‘Armageddon’ y a ‘Twister’ en un pedestal.

Sin esto, ‘2012′ sería una de las mayores mie*das del cine actual, pero mira tú por dónde, lo que hacen 200 millones de dólares de presupuesto es que disfrutes como un niño de tanto fuego artificial, el doble en número y magnitud que cualquier otra del realizador o de los últimos años.

Si pretendían que acabara clavado en una silla, lo han conseguido. En eso le doy un 10 por hacer que retire la mirada de la pantalla, sufra, patalee y hasta acabe reclamando la muerte de algún personaje torpe y tonto como él sólo. Prefiero pensar que era la intención de Emmerich, y que eso del guión es puro trámite para no acabar filmando un film mudo.

En consecuencia, los actores son lo peor del producto. Cusack es un cero a la izquierda víctima de unos diálogos infumables, Peet grita y grita, Oliver Platt es el político gordinflón cabronazo y Danny Glover el Presidente héroe. Sólo se salva Woody Harrelson, por ser breve y eficaz. Es increíble cómo un director puede incluir tantos clichés sin que le abofeteemos al final de la proyección de lo bien que me lo he pasado.

En fin, quien creyera que esto iba a ser un ‘Titanic’ (FX+historia) es que no sabe que Emmerich está en esto por dinero y por el show.


No va a ser un clásico, pero para echar la recta final del año es más que decente.

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