‘El pequeño Nicolas’ adaptación cinematográfica de este personaje creado por los geniales René Goscinny (Asterix, Lucky Luke) y Jean-Jacques Semp en 1956 y que tras un paso más que exitoso por el país galo ( más de diez millones de espectadores han visto sus aventuras), intentará conquistar el corazón del público español.
El antecesor y versión francesa de nuestro querido y admirado Manolito Gafotas, también adquiere vida en el cine para enseñarnos su vida, una pacífica existencia con unos padres que le quieren y una pandilla de amigos fantásticos con los que no para de jugar, una vida que puede considerarse perfecta para un niño de su edad.
Sin embargo Nicolás escucha una conversación entre sus padres que le lleva a creer que su madre espera un bebé. Le entra el pánico y espera lo peor: ¡un hermano pequeño! Los padres de Nicolás ya no tendrán tiempo para él. Quizá incluso le abandonen en el bosque como al pequeño Pulgarcito. Para escapar de ese desastroso destino, Nicolás se embarca en una campaña a gran escala para hacerse indispensable para sus padres. Pero de tanto esforzarse, solo consigue acumular error tras error y provocar su enfado. Desesperado, decide cambiar de táctica. Después de todo, el estaba primero, no tiene porque irse. Es el bebé el que debería desaparecer.
Noventa minutos de cine dedicados a esta personaje universal que pasa de las páginas a las pantallas de cine y que es interpretado, tras un casting que fue todo un fenómeno social en Francia, por el niño Maxime Godart.
Una película en la que se verán reflejados millones de lectores de todo el mundo seguidores de este peculiar personaje, en un filme dirigido por Laurent Tirard y que por lo visto en el tráiler el pequeño Nicolás y sus peculiares amigos pueden reportarnos más que alguna sonrisa en una obra ambientada en los años cincuenta del pasado siglo.
Cine familiar que seguro que entusiasmará a los más pequeños, basado en la vida de del pequeño Nicolás, un niño elocuente e inquieto que narra en primera persona su visión del mundo y varias anécdotas que resultan igualmente melancólicas y desternillantes, sus inocentes y despreocupadas apreciaciones seguro que producirá nostalgia a los adultos, empatía a los críos y alguna que otra risa en la que seguro coincidiremos.
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