‘No habrá paz para los malvados’ partía anoche en desventaja respecto a ‘La piel que habito’.
La cinta de Enrique Urbizu se presentaba ayer en la gala de la XXVI edición de los premios Goya con 14 nominaciones, mientras que el largometraje de Pedro Almodóvar acaparaba 16.
Sin embargo, en una noche reñida en cuanto a galardones y en el sprit final consiguieron Urbizu, José Coronado y la película alzarse como triunfadores del evento.
6 Goyas se llevaron a casa, entre ellos los estrella como son los de mejor guión original para el propio realizador y Michel Gaztambide, mejor actor principal para Coronado (que según comentó al recogerlo le había costado 25 años conseguirlo), mejor director para Enrique, que compartió el galardón muy especialmente con todo el reparto del filme, y mejor película.
Los otros dos restantes fueron los Goya al mejor montaje y mejor sonido.
‘Decepción’ entonces para Almodóvar y ‘La piel que habito’ que, por número de nominaciones, entraba en el Palacio de Congresos de Madrid como la gran favorita.
Sólo arañó 4 premios de las citadas 16 nominaciones, concentrándose prácticamente el éxito de sus Goyas en el de Elena Anaya como mejor actriz y en el de mejor música original para Alberto Iglesias, que pasó ayer a la Historia de estos premios por ser el que más ‘cabezones’ tiene en sus vitrinas, 10 goyas tras 12 nominaciones en su carrera, éste el segundo consecutivo trás el que obtuvo el año pasado con ‘Los abrazos rotos’.
Los dos que faltan fueron los de mejor actor revelación para Jan Cornet y mejor maquillaje y peluquería.
Y es que ninguna de estas dos cintas pudieron llevarse ningún Goya más porque también las otras películas con más candidaturas se llevaron su parte relevante del pastel.
‘Eva’, de Kike Maíllo, rebañó 3 galardones de las 12 nominaciones conseguidas, destacando el de mejor director novel para el propio Kike, y el de mejor actor de reparto para un grande Lluís Homar.
Por su parte, ‘La voz dormida’, de Benito Zambrano, salió de la gala con3 galardones de los 9 a los que optaba, concretamente el de María León, la favorita en su categoría, como mejor actriz, el de mejor actriz de reparto para Ana Wagener, y el de mejor canción original.
Y ‘Blackthorn’, de Mateo Gil, con 11 candidaturas, sacó un partido de 4 premios, llevándose los Goya a mejor fotografía, mejor dirección artística, mejor diseño de vestuario y mejor dirección de producción.
En fin, muchas alegrías y también muchas decepciones para algunos nominados con posibles en una gala que, haciendo balance general como show, estuvo más floja y aburrida que en los últimos años anteriores, a pesar de que el hecho de que Eva Hache ejerciera de maestra de ceremonias prometía. Se alternaron momentos de destello con otros de cierto bochorno.
Lo único que la mantuvo viva fue la emoción del permanente estado de empates en la entrega de los premios, no viéndose una clara vencedora hasta su recta final.
En cualquier caso, esperemos que el año que viene la emoción y el entretenimiento aparescan, por los premios y por el propio show.
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