Yo pensaba que lo que dijo Joe Dante el verano pasado sobre el remake de su ochentera ‘Gremlins’ era sólo un deseo confensado y dicho en alto.
Pero de eso nada, Dante afirma ahora que, a pesar de tener que pasar aún varios ‘obstáculos’ para que tenga luz verde, está trabajando de lleno en el proyecto para poner en el gran pantallón una nueva versión de esta cinta ochentera propia.
Es una pena que ya estemos tan acostumbrados a la moda de las revisiones (este sería un remake en toda regla, no un reboot) que parezca que nos importe un bledo que se destrocen películas de todo tipo del archivo de Hollywood, da igual que sean o no de culto, e incluso que sea el propio director del largometraje original el que quiera versionarla.
A pesar de que este filme del mismo Joe, del que fue productor ejecutivo Steven Spielberg, se ha convertido con el paso del tiempo en un producto muy ‘bizarro’, no le veo necesidad de actualizarlo. Hablando desde el punto de vista artístico claro, el económico por descontado es la razón principal de esa moda de ideas secas.
En la época que se estrenó la película, 1984, esas mismas criaturas animatrónicas que ahora pueden parecer una rareza denostada, resultaban terroríficas a pesar de la comicidad que le imprimió Chris Columbus, el guionista. Es verdad que, con los ojos cinéfilos de ahora resultan ridículas, pero no es razón para actualizarlas.
Lo que sí tengo que reconocer es que la historia es muy potente, pensando en la tecnología actual de animación, para dejar pasar la oportunidad de reutilizarla (lo dicho, época de ideas secas): el joven Billy recibe un día de su padre el regalo de un pequeño ser, un Mogwai, una tierna y extraña criatura a la que llama Gizmo.
Pero el inocente regalo se convertirá en una pesadilla para el pequeño pueblo en el que vive Billy, al infringir una tras otra las tres reglas básicas que se han seguir para cuidarle: no darle de comer después de medianoche, no mojarlo y evitar que le dé la luz del sol.
Fue un exitazo comercial en su tiempo (los Gizmos invadieron las tiendas de juguetes, y hasta hubo secuela 6 años después), a pesar de ser criticada por sus escenas violentas al no ser aptas para la calificación de ‘todos los públicos’ que recibió la cinta inicialmente, y que fue modificada dos meses después de su estreno.
Y, ¿qué es lo que volvería a hacerla comercial en el 2010, aparte de darle un buen repaso de 3D, al que se apunta ahora todo dire, y al que Joe dice que recurrirá de cabeza, después de haber sido un éxito su utilización en su última cinta ‘The Hole’.
Bueno, será cuestión de ver cómo evoluciona el proyecto..
Pero de eso nada, Dante afirma ahora que, a pesar de tener que pasar aún varios ‘obstáculos’ para que tenga luz verde, está trabajando de lleno en el proyecto para poner en el gran pantallón una nueva versión de esta cinta ochentera propia.
Es una pena que ya estemos tan acostumbrados a la moda de las revisiones (este sería un remake en toda regla, no un reboot) que parezca que nos importe un bledo que se destrocen películas de todo tipo del archivo de Hollywood, da igual que sean o no de culto, e incluso que sea el propio director del largometraje original el que quiera versionarla.
A pesar de que este filme del mismo Joe, del que fue productor ejecutivo Steven Spielberg, se ha convertido con el paso del tiempo en un producto muy ‘bizarro’, no le veo necesidad de actualizarlo. Hablando desde el punto de vista artístico claro, el económico por descontado es la razón principal de esa moda de ideas secas.
En la época que se estrenó la película, 1984, esas mismas criaturas animatrónicas que ahora pueden parecer una rareza denostada, resultaban terroríficas a pesar de la comicidad que le imprimió Chris Columbus, el guionista. Es verdad que, con los ojos cinéfilos de ahora resultan ridículas, pero no es razón para actualizarlas.
Lo que sí tengo que reconocer es que la historia es muy potente, pensando en la tecnología actual de animación, para dejar pasar la oportunidad de reutilizarla (lo dicho, época de ideas secas): el joven Billy recibe un día de su padre el regalo de un pequeño ser, un Mogwai, una tierna y extraña criatura a la que llama Gizmo.
Pero el inocente regalo se convertirá en una pesadilla para el pequeño pueblo en el que vive Billy, al infringir una tras otra las tres reglas básicas que se han seguir para cuidarle: no darle de comer después de medianoche, no mojarlo y evitar que le dé la luz del sol.
Fue un exitazo comercial en su tiempo (los Gizmos invadieron las tiendas de juguetes, y hasta hubo secuela 6 años después), a pesar de ser criticada por sus escenas violentas al no ser aptas para la calificación de ‘todos los públicos’ que recibió la cinta inicialmente, y que fue modificada dos meses después de su estreno.
Y, ¿qué es lo que volvería a hacerla comercial en el 2010, aparte de darle un buen repaso de 3D, al que se apunta ahora todo dire, y al que Joe dice que recurrirá de cabeza, después de haber sido un éxito su utilización en su última cinta ‘The Hole’.
Bueno, será cuestión de ver cómo evoluciona el proyecto..
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